domingo, 13 de septiembre de 2009

Conmemoración

Es difícil contar lo que hubo ayer, sábado, sin hacer varios posts previos sobre una cantidad de personas y personajes que participaron. Vamos a intentar. El Departamento de Bioquímica del Instituto de Química de la Universidade de São Paulo (Bioquímica, IQ-USP) está indiscutidamente entre las mejores departamentos de investigación del mundo en su tipo. En la Bioquímica, IQ-USP fue donde comencé la fase brasilera de mi carrera, más específicamente en el Laboratório de Bioquímica de Parasitas dirijido por mi amiga, ex-supervisora y actual jefa de ese depto. Maria Júlia Manso Alves, y por quién fue su orientador científico y es su colega de muchos años, Walter Colli. Mi historia con ese espacio científico comenzó en realidad bastante antes, pero hace exactamente nueve años, el 11 de setiembre de 2000, se transformó en parte de mi vida cotidiana, y cuatro años despues en una parte importante (tal vez la más importante) de mi historia de formación profesional. En mi paso por el IQ-USP viví muy intensamente: me encantó, detesté algunas cosas, modificó mucho mi forma de ver y vivir mi trabajo. Pero siempre tuve en cuenta que es un espacio que se me abrió de manera generosa en un momento en que en el lugar del que venía se me cerraban todas las puertas. Tengo una deuda de gratitud con el IQ-USP, con el Laboratório de Bioquímica de Parasitas, y en especial con Júlia por eso. Esto para situarme a mí mismo respecto de la conmemoración de ayer.

Ayer fue la conmemoración de los 70 años de vida de cinco de las personas fundacionales del IQ-USP, a algunas de ellas las siento bastante próximas, otras no tanto. Todos hicieron contribuciones científicas e institucionales importantes. Entre ellos, los más próximos son Walter Colli, Shirley Shreier y Bayardo Baptista Torres. Particularmente con Bayardo y Shirley tuve oportunidad de cultivar una relación con componentes más extracientíficos, ambos personas adorables. Con Colli siempre fue más sobre el terreno de discusiones de laburo. Todos ellos dejan marcas. Como pasa siempre en este tipo de eventos, re-encontré mucha otra gente querida que se llegó por aquí en estos días para este sábado de homenaje.

Dos o tres apuntes sobre la conmemoración de ayer:

1. Helena Nader (una referencia en la bioquímica mundial, persona a quién quiero y respeto mucho) hizo un discurso hiper emotivo, como siempre. Y en un ambiente donde hay un cierto reaccionarismo ilustrado no se privó de citar a José Martí y al Che Guevara (hay millones de links para el Che Guevara, imposible elegir uno).

2. Estaba el (genial) Michel Rabinovitch (85 años o por ahí), referencia mundial en fagocitosis, anarquista activo hasta hoy y un enorme humanista. Un maestro.

3. Apareció por sorpresa mi amigo Alvaro, venezolano que vivió en São Paulo por unos 8 años, ahora radicado en Liverpool. Tipo de vida agitada (si los hay): en el tiempo que le lleva a uno vivir una vez, él ya vivió cuatro o cinco veces. Enorme (y buenísima) sorpresa.

4. Me ví (fue Júlia quien me lo marcó porque no estaba seguro de que era yo) en una de esas fotos históricas que se proyectan en esas ocasiones (tipo album de familia). Parece que fue ella quién la eligió (fue proyectada con varias otras). Y me lo marcó (medio en broma, medio en serio, al estilo de ella): "você já é parte da história daquí. Isso ai".



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